Por: Cristian Aguilar
Yo crecí jugando RPGs, cuando era apenas un niño le sacaba horas y horas de diversión a mi SNES con cuanto RPG podía alquilar, me sumergía en sus historias, sus batallas y sus largas campañas. Cuando vi durante el E3 2015 el demo para las consolas de Divinity: Original Sin: Enhanced Edition me volví a sentir como un niño y esperé con ansias a que el juego saliera al mercado para poder probarlo… déjenme decirles, la espera valió la pena.
Algunos RPG te hacen sentir increíblemente poderoso haciéndote batallar contra enormes jefes o tomando decisiones complicadas. En Divinity: Original Sin: Enhanced Edition, todo gira en descubrir como tú afectas el mundo a tu alrededor. En mi caso yo descubrí el poder a mi alcance cuando use un hechizo de lluvia con mi mago para apagar las incesantes llamas de un bote en la ciudad de inicio de Cyseal. En un abrir y cerrar de ojos se fueron las llamas y con su partida los vítores de los marinos que salvé. No hubo ningún indicio por parte de un NPC o alguna pista, simplemente me pareció una buena idea en el momento y en realidad lo fue. Esa es la clase de experimentación y sentido de recompensa que encuentras con Divinity: Original Sin. Descubrir cómo las complejas partes interactúan una con la otra y cuán complejo el sistema de hechizos puede ser para tu beneficio es lo que te mantiene interesado en las aproximadamente 80 horas de aventura.
Todo está aquí , desde la perspectiva de la cámara mientras sigues a cuatro aventureros desde arriba, hasta los menús que parecieran ser complicados pero con el tiempo son más fáciles que tomar una espada en la vida real. Cualquier jugador con experiencia en RPGs de inmediato tomará cariño y nostalgia por Divinity: Original Sin. Afortunadamente el juego es mucho más que nostalgia. Nos lleva a la historia de dos héroes que la historia nos presenta como “Source Hunters” que persiguen a los enemigos que se practican la “Sourcery” (juego de palabras para referirse a la magia misma). El tema central de salvar el mundo nunca sobrecarga la trama dejando así espacio para buenas aventuras adicionales (side quests) a las que tanto estamos acostumbrados en este género. Inclusive, uno que otro chiste dentro de la escritura casi siempre abre paso a los temas más pesados del juego.
Las aventuras o quests de este juego está bastante bien escritas, tocando temas bastante controversiales como ser riñas generacionales y temas raciales. A su vez muchas de estas aventuras están llenas de decisiones morales y la mayoría tienen entre dos y tres resultados diferentes dependiendo de dichas decisiones, lo cual te da esa sensación de control sobre el ambiente y el destino de cada uno de tus personajes.
En el combate es donde Divinity se quita ese sentimiento de tradición e innova a su manera. Con un énfasis tradicional de hechizos y combinaciones elementales, pero este título se diferencia de los demás por el hecho de que ha traslado estos elementos a prácticamente todos los instantes del combate para crear oportunidades como ventajas que el clima te provee según sea tu personaje o la debilidad de tu enemigo; con tanta variable inclusive en el primero de los tres niveles de dificultad del juego te aseguro que tendrás que usar mucho tu parte analítica. El truco que mencione anteriormente del hechizo de lluvia es solo el principio de este complejo sistema que inclusive en situaciones te puede devolver un as bajo la manga si no piensas bien tu ataque, por ejemplo, lancé un hechizo de trueno sobre un enemigo que estaba parado en un charco en el cual yo estaba parado también lo cual instantáneamente me causo daño. Para darte una idea de lo complejo que puede llegar a ser, imagínate esto: cada enemigo puede utilizar las mismas combinaciones de hechizo que tú posees en tu propia contra, lo cual mantiene fresco cada encuentro en batalla, siendo siempre un reto.
Hay un tutorial que cubre lo básico del juego, pero el resto de Divinity: Original Sin esta caracterizado por dejarte solo en tu exploración así que si eres poco inventivo tendrás problemas. En algún punto esto crea una que otra molestia durante tu aventura, pero en definitiva no es algo que va a arruinar o marcar tu diversión con el título. En algunas aventuras la clave para resolverlas está dentro de otra aventura y tu diario de bitácora realmente no te da mucho detalle para saber esa clase de información y si añadimos a esto el inventario en el cual tienes que prácticamente malabarear ítems de un héroe a otro, se vuelve un tanto confuso pero nada que unas pocas horas de juego no logren acostumbrarte.
Gráficamente el juego es espectacular, con muchos efectos de luces y colores. El juego no se lentea aun cuando hay muchos enemigos en pantalla, hablando de enemigos estos son muy variados y con una buena AI lo cual te eleva la dificultad en las batallas. El aspecto sonoro también se lleva las palmas con un apartado musical orquestado y con todos los diálogos (los cuales son muchos) hablados. El juego cuenta con subtítulos en Español para las personas que no hablan inglés.
Divinity: Original Sin: Enhanced Edition es uno de los RPGs más reconfortantes y satisfactorios que se han visto en los últimos años. Sus aventuras y combate me hicieron pensar mucho en mis acciones y decisiones, que es mucho más de lo que los RPGs actuales logran. Su profundidad, personalidad y estilo de combate le permiten competir mano a mano con los pesos pesados del genero. El sistema de juego te permite la experimentación constante a lo largo de docenas de memorables horas. Si amas los RPG tanto como yo, no dudes en probarlo un firme candidato a juego del año.
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