Por:
Cristian Aguilar y Sergio Amaya
Cada
vez es más difícil ver nuevas IPs en el mercado. Más allá de una falta de
creatividad, es la dificultad de volverlos un éxito o, en su defecto, un título
aceptable. A diferencia de muchas IPs nuevas, poco se ha hablado de Splatoon,
el nuevo título de Nintendo que toma el popular modo de juego de shooter en
tercera persona y lo transforma en algo fresco pero familiar.
Splatoon
es un título que toma un estilo de juego y lo simplifica. Donde en otros juegos
la habilidad radica en recargas rápidas, disparos a la cabeza y esperar la
llegada de los enemigos, aquí se intercambia un poco lo táctico, por lo
divertido y los colores sombríos y realistas por los coloridos.
Dentro
de Splatoon usas a los Inklings –una mezcla entre niños y calamares– que
habitan Inkopolis, gustan de la vestimenta extravagante y de los
enfrentamientos de tinta. Durante años estos seres han enfrentado a los
Octarians, seres mitad niño y mitad pulpo. La guerra entre estos dos bandos ha
sido constante, pero pareciera que Inkopolis está muy divertida en este
enfrentamiento.
Los
controles son parecidos a los de cualquier otro shooter. El control principal
será el GamePad, donde te podrás mover, disparar y transformar en calamar rápidamente.
Por default puedes usar el GamePad para apuntar, pero si no te acostumbras,
puedes elegir mover completamente la cámara con la palanca derecha. Uno
de los detalles que notarás al mover a tu Inkling será que es lento, pero todo
cobra sentido cuando usas la transformación a calamar sobre la tinta que
esparces en el campo de batalla. Esto hace que el movimiento sea mucho más
rápido y sencillo.
Splatoon
cuenta con varios modos de juego, ya sea el modo historia llamado Hero Mode, el
modo multijugador, los enfrentamientos 1 vs 1 en el modo Dojo y los retos que
son activados gracias a los Amiibo especiales de Splatoon.
El
modo de un jugador llevará a tu inkling –o debo de decir al Agent 3– a Octopus
Valley. Junto con las enseñanzas de Cap’n’ Cutterfish, tendrás que avanzar por
los distintos niveles, los cuales son una loca mezcla de puzzles, con mundos en
plataformas en 3D, con Super Mario Sunshine. En cada nivel tendrás que ir
recuperando los zapfish, pequeños peces eléctricos que son la fuente de poder de
Inkopolis y que han sido robados por los Octarians. Al final de cada “mundo”
enfrentarás a un jefe. Aunque como tal no es un “modo de historia” donde
personajes heroicos nos relatan algo, son los pequeños pergaminos escondidos
los que nos contarán más sobre las guerras anteriores entre los Inklings y los
Octarians, el mito detrás de estas dos razas, entre otras cosas, como planos
para la creación de nuevas armas dentro de Inkopolis.
Como
buen shooter, los enfrentamientos multijugador son el verdadero sustento y lo
que hará que pases la mayoría del tiempo. Splatoon toma un elemento muy
sencillo en la batalla por territorios, donde al igual que un buen Capture the
Flag, King of the Hill o similares modos de juego que hemos tenido en otros
shooters, aquí lo importante es quién tiene más terreno, y no tanto las
"muertes" que pueda generar. Eso sí, todo genera puntos, lo cual
ayuda a subir de nivel y ganar dinero.
Cada
enfrentamiento está dividido obligatoriamente en equipos de 4 contra 4. Esto
puede ser un factor un poco frustrante, ya que si después de cierto tiempo no
llega una persona, el juego te regresa al lobby y se tiene que volver a
comenzar a buscar la partida, sin embargo, se entiende que el juego equilibrado
es lo que hace la diversión. Tres minutos de juego se sienten poco tiempo para
el enfrentamiento, pero a su vez es tiempo suficiente para tener un encuentro
lo suficientemente frenético donde ir avanzando y dando un poco de tu color a
los territorios es lo que te da la victoria.
Hay
una gran variedad de armas que se pueden ir comprando para este modo, donde
tendremos armas típicas como ametralladoras o snipers, pero también cosas raras
como rodillos o pinceles. Como es costumbre, cada uno tendrá su ventaja y su
desventaja. Por ejemplo, el sniper funciona como un apoyo para eliminar a los
contrincantes a distancia, el rodillo para ganar o recuperar terreno de forma
rápida, y las ametralladoras como el balance entre estas dos armas. Sin
embargo, el sniper tiene que cargar para obtener un largo alcance y de cerca es
poco funcional, el rodillo no cubre mucho si sólo se usa ligeramente y la
ametralladora, bueno, ésta es la más balanceada.
Al
igual que las armas, puedes comprar una gran variedad de ropa, la cual podrás
encontrar en tiendas de Inkopolis. Cada tienda está dedicada a vender ropa
interesante y extravagante, como zapatillas, gorros, sweaters y demás. Cada
“accesorio” además de dotar de personalidad a tu Inkling, al ir subiendo de
nivel desbloqueará alguna habilidad, lo cual será de mucha ayuda no sólo para
el modo multijugador, sino también para el modo de un jugador. Personalizar a
tu Inkling podrá ser complicado, pero dentro de los NPCs podrás pedir ayuda a
Spyke, quien te ayuda a conseguir la ropa que otros Inklings tengan dentro de
la ciudad, claro con un costo elevado.
También
está el modo entre amigos que, como su nombre indica, te dejará hacer grupos
con amigos y hacer los enfrentamientos con ellos. Por otro lado está el modo
Ranked, donde el modo de batalla de territorios cambia y por ejemplo, puedes
luchar sólo por una zona específica. Este modo se activa cuando llegas al nivel
10.
Sobre
el chat de voz, eso dependerá del estilo de juego de cada quien. Dado el caso
que los encuentros no empiezan sino hasta que el grupo de ocho jugadores ha sido
formado, la organización queda más que nulificada. Cada Inkling por su cuenta.
El juego no necesita como tal una organización, los escenarios son de pequeños
a medianos, por lo que la acción siempre estará muy cerca.
Durante
los tiempos de espera entre los encuentros del multijugador, tendrás la opción
de jugar un Mini juego en el GamePad muy al estilo de un Doodle Jump de 8 bits,
donde tendrás que ir subiendo, evitando lo que puedo pensar que es la subida de
una marea, hasta alcanzar algo que parece ser un Zapfish. El juego es divertido
y, afortunadamente, el juego guarda tu progreso entre sesiones, por lo que
podrás seguir avanzando a través de los niveles.
El
último modo, el Modo Dojo es un enfrentamiento 1 vs 1 en donde uno de los
jugadores toma el control del GamePad –y juega en él–, mientras que otro toma
ya sea uno de los Pro Controllers, Classic o el Wiimote y Nunchuck para jugar
en la pantalla, en un enfrentamiento donde el objetivo es reventar globos y
entrenar para conocer el terreno. Sin duda, uno de los modos que más se pudo
haber aprovechado y traer un enfrentamiento de incluso más bandos individuales.
Al
final, Splatoon no pretende redefinir un modo de juego, simplemente busca
hacerlo divertido, simplificando todo, haciéndolo más sencillo y logrando que
los enfrentamientos sean para todos. En un mundo donde los shooters se han
llenado de colores cafés y grises para generar un toque realista, Splatoon
olvida todo esto y da una enorme explosión de colores, a un estilo de juego que
parecía haber olvidado lo que es ser divertido.
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