lunes, 21 de octubre de 2013

Review en Español: Ninja Gaiden 3 (Xbox 360, PS3)


De zapato a caite.


Por El G.Efe02

elgefe02@yahoo.com



Como el primer juego de la era moderna de Ninja Gaiden sin el afamado diseñador Tomonobu Itagaki sentado en la silla del director, sería fácil descalificar de entrada a Ninja Gaiden 3 como un burdo intento de ordeñar la franquicia un poco más. Sin embargo, el resto del Team Ninja sigue detrás del proyecto, y lo que es más asombroso es que el proyecto fue escrito por el legendario Masato Kato (quien incluye entre sus créditos Final Fantasy VII, Chrono Trigger, y el Ninja Gaiden original en el NES. Así que a pesar de la ausencia de Itakagi, Ninja Gaiden 3 logra retener en el papel un cierto aire de legitimidad. Sin embargo, en la práctica ni la presencia del resto del Team Ninja y del mismo Kato lograron evitar que el juego fuera una total decepción.




Ninja Gaiden 3 continúa la historia de Ryu Hyabusa, un Ninja del Clan Dragón que ahora trabaja para el gobierno Japonés como agente especial. Esto hubiera sido una ambientación inicial interesante si no fuera exactamente la misma premisa de Ninja Blade en el 2008. Ciertamente Ninja Gaiden se trata de diferenciar poniendo un poco más de énfasis en desarrollar el personaje de Ryu, pero esto no basta pues el desenvolvimiento de la trama fracasa por completo debido a un dialogo terrible, enormes huecos en la trama, y un ritmo desesperante.



La serie Ninja Gaiden anteriormente siempre fue capaz de compensar las debilidades en su trama con un excelente diseño de juego, sin embargo este truco esta vez no funcionó. Los antiguos duelos de habilidad y precisión ahora se ven reemplazados por una serie de combates sencillos que casi puedes superar con solo oprimir a toda velocidad botones al azar. El número de oponentes ha crecido, pero desafortunadamente la inteligencia de estos se redujo en forma inversamente proporcional. Ryu ya no se ve como un asesino sutil y preciso, y ahora corre como un bruto por los escenarios lanzando ataques al aire con la certeza que eventualmente alguien recibirá. Agrega a esto una cámara terriblemente posicionada y llegarás a la conclusión que el juego parece diseñado con la intención de frustrarte.



Team Ninja debe estar al tanto de esta triste realidad, porque redujeron en forma drástica el nivel de dificultad en un aparente intento por compensar lo arriba descrito. Aunque estoy todo a favor de hacer un juego accesible más allá del círculo reducido de fanáticos expertos, la verdad es que esta vez se les pasó la mano pues el juego virtualmente carece de desafío. Mas allá de las duras peleas contra los grandes jefes (las cuales, por cierto, frecuentemente repites varias veces a lo largo de la historia) la mayoría de enfrentamientos pueden ser ganados solo tocando botones a lo loco. Encima de todo ello, cuentas con la ventaja adicional de que al llegar un medidor a cierto punto puedes descargar un ataque fulminante que vacía la pantalla de rivales de un solo golpe. Incluso hay formas de usar la energía de esta barra para regenerar tu barra de vida, lo cual ya me parece el colmo. Por todo lo anterior, este juego se parece más a un Dynasty Warriors que a un Ninja Gaiden real.


Esta falta de profundidad se filtra incluso hasta en la presentación. El juego parece no haber evolucionado un ápice respecto a la presentación visual que apreciamos en Ninja Gaiden II. Los ambientes se ven planos y aburridos, y la actuación vocal es igualmente poco convincente. Toda la presentación es tan pobre que se hace difícil creer que estoy viendo un juego del 2012. La única parte rescatable del juego son los momentos que Ryu pasa repasando y sintiéndose mal por todas las vidas que ha tomado a lo largo de su carrera. Es una buena idea, pero el momento no es el adecuado; en un juego en que matas tan fácil a tantos rivales anónimos es difícil poder compartir un sentimiento de empatía por ellos.



El multi-jugador es la síntesis misma de lo que anda mal con este juego. Solo hay dos modalidades: Misiones de Prueba y Batallas de Clan. Las misiones de prueba son esencialmente pequeñas arenas de combate en que puedes luchar junto a alguien más. Las Batallas de Clan son duelos cuerpo a cuerpo entre dos equipos de cuatro. El peor problema tiene que ver con el ángulo de la cámara, que en estos casos es peor incluso que lo que sufriste durante el modo Historia principal. Tu personaje Ninja puede acumular puntos en estas batallas que le permiten acceder a nuevos movimientos, nuevas armas, y nuevos trajes. Sin embargo estos son solo premios cosméticos que tendrán poco impacto en el juego en si.


Ninja Gaiden 3 hubiera caído en la categoría de juego del montón incluso si hubiera salido en el 2004. Con los estándares actuales de calidad, simplemente se ve vergonzoso. Es una pena ver como la franquicia se derrumbo con la salida de una sola persona clave del equipo creativo, y pone de relieve la importancia de ciertos talentos individuales para garantizar el éxito de un juego. No es que no haya uno que otro elemento narrativo y de juego que rescatar del paquete, pero estas pocas virtudes se ven opacadas por la enorme cantidad de aspectos criticables que las rodean. Es una pena, dado el aprecio que uno siente por la serie, solo esperemos que no sea un golpe mortal que hunda del todo esta franquicia.



Calificación: 5 de 10


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