¡Sigue adelante,
sin importar cuantos mundos estén frente a ti!
Por: Cristian Aguilar.
Cuando yo era un niño nuestro vecino, en aquel momento, toco la puerta
de mi casa. Yo tenía alrededor de seis años y eran fechas decembrinas (ya
saben, la usual fiesta y algarabía mas cuando se es niño). Para mi sorpresa mi
vecino llevaba en sus manos lo que hoy es una de mis mas grandes pasiones, un
Nintendo Entertainment System (NES, o también conocido como el aparato para
jugar “Mario Bros.”) Le pidió a mi padre Lps. 400 y desde el momento en que lo
vi supe que lo quería, y adivinen, ¡lo conseguí!
Que hay detrás de tanta cantaleta se preguntaran, sucede que allí en la
calma casi palpable de la comodidad de mi sala, desde una colección aleatoria
de pixeles en pantalla que de manera solemne obedecían cada uno de mis comandos,
mientras mis pequeños dedos presionaban botones a precisión perfecta; aprendí
una valiosa lección que aún persiste en cada aspecto de mi vida: la perseverancia.
Lo sé, puede no ser claro para todos hasta este punto, pero manténganse
sentados (que conste, no solo sentados, también deben seguir leyendo), he aquí
la explicación. La historia de Mario es simple, el es un plomero en busca de
salvar a su amada (la Princesa) del maléfico Bowser quien la ha secuestrado. La
dificultad es que cada vez que esto sucede tú viajas a través de paisajes
completos para llegar a un Castillo donde al final te espera una pelea con el
jefe del castillo, al derrotarlo, siempre habría un humilde hongo con una carta
que decía “La Princesa Esta en Otro Castillo”. Lo mismo pasó siete veces, al
octavo intento, finalmente Mario vence a Bowser y recibe un beso de su amada
princesa.
¿Qué hubiese pasado si a la quinta vez de ser decepcionado, Mario
hubiese decidido no continuar con su épico viaje en busca de su meta?, ¿Y que si
hubiese sido el séptimo intento y la victoria hubiese estado a un solo paso más?
Hasta en un mundo de ficción de un videojuego de vieja escuela yace una de las
llaves más importantes del éxito, la perseverancia. Algunas de nuestras metas
requieren un cierto esfuerzo y las que más valen la pena alcanzar lo requieren
aun más. A la manera en que continúas
trabajando por una meta o ideal sin importar los altos y bajos del camino se
define como perseverancia.
¿Cuántas de nuestras princesas siguen encerradas en un castillo porque presionamos
el botón de reset en la consola de
nuestra vida, aunque estábamos en el “Mundo 7” y nuestra honorable travesía
estaba a punto de culminar? La perseverancia toma coraje y fe en tus ideales y
aun teniendo un final no tan gratificante como el que tuvo Mario, tendrás las
recompensa de ser honesto contigo mismo, con quien eres, con lo que buscas en
la vida y con el camino que quieres seguir.
Sigamos la senda de nuestras
propias historias épicas, así como lo hacíamos cuando éramos apenas unos niños sentados alrededor de ese viejo set de TV, con
la fe total en nosotros mismos aun siendo pequeños. Quién sabe, tal vez estas a
solo una “pantalla” de tu príncipe o
princesa. Toma el control de tu vida, presiona el botón de START ¡Juega
y disfruta hasta el último mundo!
¡Dedicado a toda la
comunidad gamer, sigamos aprendiendo de nuestras pasiones!
Artículo originalmente publicado por
Thoughtware.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario