jueves, 18 de julio de 2013

Review en Español: Bioshock Infinite (PS3, Xbox 360)




 Bioshock Infinite es un juego difícil de describir sin mencionar los innumerables detalles que lo convierten en un título memorable. Hay muchos momentos cerca del final del juego que nos convencen de que acabamos de presenciar algo único y memorable. Ciertamente hay algunos aspectos de la experiencia de juego que no son tan divertidos como quisiéramos, pero el juego como un todo es en el balance general simplemente fantástico.

 La mayor parte del juego gira alrededor de la ciudad flotante de Columbia, ambientada en la cultura Americana de principios del siglo XX. Columbia se ha anexado a si misma a los Estados Unidos luego de romper sus lazos con China a consecuencia de la Revuelta de los Boxers. El autoproclamado Profeta Comstock, líder espiritual de Columbia decide hacer una ‘ascensión’ muy literal y se lleva a todos los habitantes de Columbia y la ciudad misma hacia los cielos, para nunca volver a ser vistos. Tú interpretas el papel de Booker DeWitt, un investigador privado de poca monta que sufre un serio problema de adicción a las apuestas. Un día recibes la oferta de liberarte de todas tus impagables deudas si logras entrar a Columbia para encontrar y liberar a una misteriosa joven llamada Elizabeth. Aunque desconoces los motivos por los cuales alguien quiere a la chica, la posibilidad de zafarte de tus deudas es demasiado tentadora y aceptas.


 A primera vista esto suena como tu rutinaria excusa de videojuegos para iniciar una aventura. Y en cierta forma lo es. Sin embargo hay cosas muy únicas de un Bioshock que separan este título de tu juego promedio. Los plásmidos son reemplazados en esta entrega por los Vigors, los cuales presentan varias de las características que les distinguían en el primer juego. Además aún puedes encender en llamas cualquier charco de combustible derramado que encuentres o electrificar el agua para electrocutar a cualquier enemigo que entre en ella. Finalmente, también puedes mejorar tus armas y poderes con el pasar del tiempo.

 En lo referente a armamentos el juego se siente también bastante familiar, y consiste del arquetípico arsenal de pistolas y escopetas. Hay alguna que otra arma algo rebuscada, pero en general, si alguna vez has jugado un tirador sabrás inmediatamente que esperar de casi cada arma que te encuentres. Si hay algunas innovaciones por aquí y allá; por ejemplo, el uso de rieles aéreos para desplazarte por las alturas de Columbia enganchando un garfio deslizador que por cierto también puede ser usado como una conveniente arma de contacto en momentos de necesidad.


 Durante el combate puedes apuntarle a tus enemigos y dispárales con tu arma de fuego  mientras avanzas por los rieles aéreos o puedes abalanzarte contra el para combatirlo en combate cuerpo a cuerpo. No es tan fácil aprender a usar los rieles aéreos en tu beneficio, pero vale la pena el esfuerzo pues tu manejo de estos marca la diferencia entre un juego de acción aceptable y una experiencia de combate muy dinámica y especial que terminas usando en cada oportunidad que puedes.

Hay otras similitudes con el Bioshock original que podemos encontrar en la campaña infinita, tantas de hecho que es casi imposible no comenzar a hacer comparaciones con el original. Aunque Rapture era ciertamente un lugar más atemorizante, haciéndote presa de la claustrofobia, el temor a ahogarte, y la desconfianza de todos los psicópatas que te rodeaban, Columbia no se queda tan atrás. El mal en Columbia no es tan descarado, pero se percibe con facilidad como algo siempre oculto apenas bajo la superficie o a la vuelta de la esquina.


 Y creo que esta sutileza para presentar el peligro es una de las virtudes que me enamoraron de este juego. Desde el primer momento en que Booker entra en la ciudad descubres que muchas cosas no son lo que parecen a primera vista. La verdad es que Columbia de entrada se ve casi normal, siempre y cuando decidas ignorar el hecho que es una ciudad flotante. Los elementos que la conforman todos son propios de la época de principios de siglo, pero hay siempre algo, a veces tan sutil como la letra que tararea un cuarteto de barberos que te revela que algo no anda bien en la ciudad.

 Sin embargo, lo que termina de atraparte en la trama y en Columbia como locación, es el asombroso grado de detalle de los entornos. No es que diga que sea uno de los titanes gráficos de la industria. Claramente hay algunos modelos y texturas que no son muy convincentes y posiblemente se hubieran beneficiado de un poco más de trabajo de refinación. Pero el diseño de arte es impecable con un fabuloso grado de detalle y sentido estético visible en cada aspecto de la arquitectura. Esto hace que Columbia sea la ciudad flotante más convincente que haya visto en un videojuego a la fecha.



 Otro aspecto que ayuda a vincularte fuertemente con la ciudad es la propia Elizabeth, que te acompaña durante la mayor parte del juego presentándote con muchas interesantes oportunidades para interactuar y explotar el ambiente. Ella buscará y te entregará dinero, municiones, o recargas de vida que encuentra a medida avanzan por el terreno. También te avisará de oportunidades para forzar candados y explorar zonas ocultas en busca de ítems. Lo mejor es que no requiere que la estés protegiendo constantemente pues ella es perfectamente capaz de cuidarse sola. 

Como dije anteriormente, es difícil describir Bioshock sin contar un sinnúmero de detalles que creo preferirías descubrir por tu cuenta mientras completas el juego. Hay suficientes elementos que vas encontrando a medida avanzas como para mantenerte siempre deseando ver que más hay a la vuelta de la esquina. Además es sumamente satisfactorio ver como varios elementos evolucionan en forma impredecible a medida avanzas con la campaña. El juego ofrece una experiencia magistralmente hilvanada que se siente mucho más grande cuando la ves como un todo respecto a cómo se siente cuando analizas sus componentes en forma separada. En fin, Bioshock Infinite es un título altamente recomendable que no deberías pasar por alto.

Calificación: 9.5 de 10

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