Kratos Vrs el olimpo…
Con seis juegos a lo largo de ocho años, ¿es posible seguir
innovando con un juego? Esa es precisamente lo que los Estudios Sony de Santa
Mónica intentan contestar en God of War: Ascension (GOWA), el más reciente
lanzamiento en esta serie dedicada a la eliminación de dioses. Aunque la ruta
sencilla y lógica hubiera sido simplemente seguir construyendo sobre las
sólidas bases heredadas de God of War III, los creadores decidieron arriesgarse
y hacer un esfuerzo extra agregándole opción multi-jugador por primera vez a la
serie y remozando el ya de por si sobresaliente esquema de combate. El
resultado es un juego inventivo y original que aunque ciertamente no es el
mejor en la serie, merece nuestro respeto por su innovación.
Dado que God of War
III esencialmente cerró la tapa de la botella para las tramas hilvanadas en los
juegos anteriores, no existía ya la opción de seguir moviéndose al frente con
la cronología, así que casi obligadamente, este juego es una precuela. La
aventura toma lugar diez años antes de los eventos del primer God of War,
cuando Kratos decide romper su pacto de sangre con Ares, lo que lo lleva a ser
aprisionado por las tres Furias, que sirven cono las principales antagonistas
del juego. La trama se reduce a esto… más su intento por escapar de su prisión.
Una de las pocas
críticas que se pueden hacer a la franquicia es el poco cambio que ha tenido su
estilo de combate a lo largo de los años. GOWA finalmente ataca ese punto dándole
el más profundo retoque al esquema desde el inicio de la serie. Irónicamente,
lo logra mediante una simplificación del mismo retornándolo a sus bases
iniciales. Descartados están el uso de múltiples armas, dejando a Kratos solo
con sus Espadas del Caos a lo largo de todo el juego. Sin embargo, las espadas
encadenadas de nuestro protagonista pueden ser imbuidas con cuatro propiedades
elementales: fuego, hielo, electricidad, y alma. Escoger cual propiedad usar
durante una batalla abre tu rosario de posibilidades y te permite adaptarte
mejor a cada rival.
Esta nueva opción por
si sola hubiera bastado para hacer sentir el juego renovado, pero Santa Monica
ha agregado incluso más opciones para hacer sentir el juego diferente a
versiones anteriores. Por ejemplo, las fatalidades de Kratos ahora pueden ser
desencadenadas desde mayor distancia. Incluso los mini-juegos han sido
remozados. Aunque la mayoría de oponentes todavía pueden ser despachados usando
simples combinaciones de botones, uno de los mini-juegos ahora se especializa
en enfrentarte contra rivales que solo son dañados mediante fatalidades, lo
cual hace que un juego ya de por si muy visceral se sienta incluso más
violento, especialmente porque estos oponentes te siguen atacando mientras tu
aplicas tus combos especiales.
Otro elemento que fue
mejorado fueron los acertijos. Hasta ahora God of War nunca había sobresalido
por la calidad de sus acertijos. Sin embargo en GOWA los acertijos son mucho
más cerebrales, incorporando mucho la mecánica de ciclo de vida que te permite
decaer o regenerar elementos de tu entorno. El resultado es que tienes el mejor
repertorio de acertijos vistos a la fecha en la serie, y por primera vez estos
se sienten menos como una distracción y más como un bienvenido complemento a la
violencia del juego.
Aunque visualmente
este juego sea el mejor de la serie, el título adolece de problemas de carga de
video, colisiones de elementos, y extraños posicionamientos de cámara. El audio
también es un punto débil pues durante largos tramos de la campaña principal
casi no escuchas nada. Durante las escenas de combate el paquete nos regala una
rica y variada cacofonía de sonidos, pero cuando todo está tranquilo el juego
es descaradamente silencioso, con una casi total ausencia de sonidos de
ambiente o musicalización de fondo. Esto le quita al paquete mucho del toque
épico tan necesario en un juego de este tipo.
Sin embargo todas las
críticas arriba expuestas se centran exclusivamente en la campaña central
individual. Al igual que la mayoría de los críticos de la industria, yo me
temía que el modo multi-jugador de GOWA iba a ser algo improvisado y crudo. Por
suerte los creadores definitivamente le pusieron todo el empeño necesario a
esta nueva modalidad. La premisa del multi-jugador requiere que primero jures
lealtad a uno de cuatro dioses griegos que a cambio ofrecen un tipo específico
de habilidad: Zeus (magia ofensiva), Ares (lucha cuerpo a cuerpo), Hades
(subterfugio), o Poseidón (apoyo). Luego de esto estás listo para enfrentar a
los juramentados de los otros dioses en cruentas batallas en línea.
Lo que sí es una pena
es que solo hay un puñado de modalidades de combate disponible. Duelo a Muerte,
Captura la Bandera, y Cooperativo, son todas buenas opciones pero no son nada
innovadoras o sorpresivas ya en la industria. El esquema de combate usa una
modalidad tipo piedra papel o tijeras a la hora de los ataques: los bloqueos
neutralizan los ataques rápidos, los ataques fuertes rompen los bloqueos, y los
ataques rápidos nulifican a los más lentos ataques fuertes. Es un mecanismo
intuitivo que además recompensa mucho el trabajo en equipo, y si a esto
agregamos los ataques mágicos especiales, los ítems, y la incorporación de
objetivos, tenemos como resultado un paquete que seguiré explorando mucho
tiempo después de haber completado la campaña principal.
God of War: Ascension tiene la trama más pobre en la saga en
lo referente a su campaña principal. Eso es innegable. Claro, los cambios en el
modo de combate y el arte evocativo ayudan mucho, pero no logran neutralizar
los elementos que ya se ven desgastados o insuficientes a estas alturas en la
serie. Sin embargo, a pesar de sus bemoles en la campaña solitaria, el
verdadero enganche del juego es sorprendentemente el inesperadamente
satisfactorio modo multi-jugador. God of War: Ascension no es ni de cerca el
mejor juego de la saga, pero ciertamente es el más ambicioso, y posiblemente
marque un antes y después en la franquicia. Y eso basta y sobra para querer
incorporarlo al Olimpo de tu colección.
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